jueves, 14 de julio de 2011

Streetmatching

Todos hemos tenido momentos de conexión con alguien. Los transportes públicos son especialmente propicios para intercambios de miradas de todo tipo, más y menos disimuladas, alguna sonrisita y normalmente falta de valentía para dirigirnos hacia esa persona y establecer un contacto más directo tipo número de teléfono, mail o facebook.

La otra noche fuimos a un bar de copas chiquitito y, al entrar una parte del grupo, apareció por la puerta un chico alto que me atrajo al momento. Comprobé que venía él solo con un amigo y que no formaba parte de nuestro grupo, pero cerró el bar con nosotros. Nos quedamos en la calle despidiéndonos y decidiendo nuestro próximo destino. Le tenía al lado y aproveché para hacer una broma. El me preguntó dónde les sugería salir de fiesta. Le propuse la discoteca donde íbamos a ir nosotras y empezamos a hablar. Buen feeling.

Aceptaron mi sugerencia y nos acompañaron a la discoteca. Iban bien vestidos, pero con bambas así que el portero no les dejó entrar.... Maldije al portero y a las bambas una y mil veces pero más aún mi falta de rapidez de reflejos por no haberle dado mi número durante la media hora que nos pasamos hablando, sabiendo que era previsible que no pudieran entrar a la discoteca. Me quedé al otro lado del cordón, como una idiota, al lado del portero, deseándole que les fuera bien la noche.

Me prometo a mí misma que no va a volver a pasarme esto. No dependeré del streetmatching ni de volvernos a encontrar por casualidad. Lo escribiré en un papel cien veces: Carpe diem!No hay que tener vergüenza ni pensar demasiado esas pocas veces que sientes una conexión con alguien...

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