Wasabi

Habéis conocido alguna vez un chico jovencito, guapo, interesante, con un toque de picardía e inocencia?
Y sabéis lo que es el Wasabi, esa mostaza de rábano de color verde fosforito que te ponen en el restaurante japonés al lado de la salsa de soja?

Si habéis contestado que sí a ambas preguntas me comprenderéis rápido. Para el resto iremos poco a poco.

No hay nada más parecido que el wasabi y un chico jovencito.

Primero lo miras y dices: Esto qué es??? y quieres huir rápidamente.
Esto no me va a gustar, tiene una pinta inadecuada... incluso peligrosa...
Luego te interesas por lo curioso del tema... lo observas detenidamente, ... te va apetenciendo probarlo.
Finalmente te lanzas y te atreves, total, no puede ser nada malo, incluso tiene pinta de divertido.
Y luego lo pruebas y te gusta!! te gusta mucho, te deja un saborcito picante en la boca, convierte todo lo insípido en interesante.
La pega es que pasado un rato, cuando ya ha pasado el bocadito, te deja un sabor más y más picante, hasta que te escuece la boca entera. Y buscas corriendo el agua para calmar el calor.

Tengo el paladar irritado.

Nota mental 1 para skyland: El Wasabi, bien disuelto en salsa de soja, con moderación y mucho agua preparada....
Nota mental 2 para skyland: Antes de ir al Japonés plantéate si no te apetece más un bar de tapas o una butifarra a la brasa...

El miedo

Nos asalta a todos en diferentes momentos y se manifiesta de mil formas distintas. De pequeños, tenemos miedo a la oscuridad y a los monstruos o a perder a nuestros padres. Luego parece que superamos estos miedos evidentes y quedan otros más enterrados o más difíciles de confesar.

Yo digo que tengo ganas de conocer a alguien que me interese de verdad y de enamorarme, pero voy analizando a la gente que conozco como si tuvieran que pasar un examen que raramente aprueban. ¿Es falta de sentimiento por esa persona, que efectivamente no me gusta lo bastante, que sobreanalizo todo... o que después de haberme hecho daño, intento protegerme y buscar sólo lo seguro?

Un muy buen pensamiento :)

Una vez leí: "me he comprado unas gafas con cristales de color rosa. A ver si así neutralizo el color de los perros verdes y dejan de gustarme" Parece fácil, apliquémonos el cuento! :)

Niebla de hace un año

Son muchos años los que hemos pasado juntos. Se acerca la hora en que marcharás, en que saldrás por la puerta por la que sales cada mañana y no volverás por la noche. Es muy fácil al principio hacer como si uno no sospechara nada, pero mientras el tiempo pasa (cada segundo es una tonelada) la certeza del adiós se hace cada vez más tangible. ¿Y qué decir? No hay palabras que expliquen el sentimiento de vacío que deja la ausencia de alguien en una casa.

Mientras aún me parecía oir su voz al otro lado de la puerta, me ha venido a la cabeza la imagen de un columpio. Sí, la de un columpio que aún se mece en el aire justo en el preciso instante después de ser abandonado por los niños que con él jugaban, aún con el lejano sonido de sus risas desvaneciéndose.

Así será la soledad. Así será el vacío que dejará su partida en estas paredes. Como un bosque con niebla y sin buhos.

Escucho cuatro notas, tumbada en la cama, tú te marchas para siempre y yo te digo adiós.

Sucedió tal día como hoy hace un año... o tal vez ya no sucedió.

Ella

A veces me encuentro en cada instante que vivo, y a veces no; de algún modo siempre me acompaña esa sensación extraña, irracional. ELLA, mitad miedo, mitad fortaleza entremezcladas. Por suerte sólo es momentánea. Viene y se va. Cuando la siento, se convierte en un ahora que vivo sin sentirlo del todo mío, como si hubieran otras vidas, ahí, al otro lado, esperándome, y que alcanzarlas sólo fuera cuestión de un sólo gesto. ¿Será “incertidumbre” tu nombre, querida amiga? Quién soy y hacia dónde quiero ir, esta sería la espina dorsal de mi fiel sensación intermitente.

“¡Pero no te tengo miedo. He aprendido a llorarte, a gritarte, a pegarte. He sucumbido a gozarte, a quererte, incluso a echarte de menos! Y fíjate, que al final hasta sé sacarte el máximo partido. Eres mi impulso, mis piernas y mi voluntad”

En ELLA camino. Y en este viaje, pequeñas piezas de cambio se suceden, una tras otra, una tras otra, una tras otra… Nunca sé si van bien encaminadas (siempre tu nombre marcando paso tras paso, compañera) ¡Pero qué más da a dónde me lleven! Lo importante es seguir, conducir despacio mis actos y decisiones, sin una finalidad clara, sí, pero con una intuición certera. En estos días me dejo llevar por ELLA, y la noto como una sensación de aire fresco en la cara, un aire de cambio que llega, poco a poco. Y como una brújula, apunta directa a mi ser más auténtico, a lo que realmente quiero: VIVIR.

La luciernaga

Skyland is back.

Hoy soy una luciérnaga.

Cuando el sol se oculta lentamente debajo la manta del horizonte,

y la luna, tan caprichosa y variable se esconde y se vuelve menguante y débil,

incluso cuando las estrellas, titilantes, y llenas de magia se cubren con un velo de nubes.

Entonces las luciérnagas, inocentes, aúnan su pequeñas luces en cada jardín detrás de cada brizna de hierba, y cubren el mundo de luz. de su propia luz.

Seamos una luciérnaga por una noche, tal vez todas las noches de hoy en adelante.

Mezclas de fin de semana

Porque hoy es viernes, porque hoy todo vale, la alegría, el llanto, el placer, el sexo, los amigos, la noche y el día. Hoy todo se mezcla, como nuestros destinos. ¿Será que se cierran cosas y se abren otras? Cómo será todo lo que esté por venir no importa, mientras pisemos fuerte ahora, hoy, con esta mezcla de alegría, de llanto, de placer, de sexo, de amigos, de noche y de día...