Nos asalta a todos en diferentes momentos y se manifiesta de mil formas distintas. De pequeños, tenemos miedo a la oscuridad y a los monstruos o a perder a nuestros padres. Luego parece que superamos estos miedos evidentes y quedan otros más enterrados o más difíciles de confesar.
Yo digo que tengo ganas de conocer a alguien que me interese de verdad y de enamorarme, pero voy analizando a la gente que conozco como si tuvieran que pasar un examen que raramente aprueban. ¿Es falta de sentimiento por esa persona, que efectivamente no me gusta lo bastante, que sobreanalizo todo... o que después de haberme hecho daño, intento protegerme y buscar sólo lo seguro?
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