Me llaman Big Bang. Dicen que soy sensible y a la vez fuerte. Un torrente de pasiones, de ahí mi nombre, imagino. Mitad lucida mitad dispersa... un mundo interior peculiar que ya iréis descubriendo y en el que me siento de maravilla. Hasta aquí bien, pero no voy a seguir describiéndome porque hacerlo de uno mismo suena todo muy pedante, cursi y hasta incluso falso. Quién quiera creérselo, adelante. Quién lo dude, que siga leyendo.
Hoy es uno de esos días que no tengo nada especial que decir. Hoy no me siento interesante, ni interesada por nada. Un día más, un día sin más. Aunque pensándolo bien, sí hay algo que me ha estado atravesando el pensamiento desde que me he levantado. Esta noche he soñado con un beso. Y El Beso lo ha marcado todo. Mi lectura en el metro a primera hora, mis dedos tecleando mil palabras, peticiones, presupuestos. Ha marcado mi ensalada del medidía, mis pasos encerrados en la oficina y mi paseo calle abajo al atardecer. Un beso tan palpable que pocas veces en la vida real el sentido del tacto se ha hecho notar tanto.
A veces se me concentran las emociones, se lian ahí adentro, como un ovillo de lana. Se enrredan y me enrredan... pero abrigan.
BB
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