Domingo por la mañana... Skyland lleva un pijama de pequeñas rallitas azules, los pantalones son grises, de cómodo algodón. NO es un look sexy, pero le resulta cómodo a más no poder.
Piensa que es lo más adecuado para un día gris de sentada en el sofá. Gris por las nubes, que no por la policromidad de su cerebro, que se pierde navegando de color en color, de flor en flor, de hombre en hombre para ser más concretas.
Como cada día en las últimas semanas, su cabeza es una coctelera. No porque ayer bebiese demasiado, sino por el barullo de hombres que pueden llegar a caber en ella. Cada día se levanta y uno diferente es el protagonista, como en aquellas series americanas adolescentes donde cada personaje cobra más o menos relevancia según el capítulo.
En su caso echan un capítulo cada día, con un gran elenco de actores, un chiquito post-adolescente, un maduro hombre de família, un actor, un bombero, un ingeniero (o dos), y un montón de susodichos varios que pululan y que deja pasar sin más.
Cada uno tiene su pequeños fragmentos protagonistas de los que la actriz principal, skyland, se enamora perdidamente. En esas escenas Skyland iguala a la Julieta de Shakespeare o Cosette de Victor Hugo, tan entregada, tan atormentada.
Pero todo es efímero, al rato aparece otro y los mismos síntomas se reproducen con otra cara y otro nombre. Y con tintes algo distintos, que oscilan entre la pasión, la ternura, la admiración o la conexión...Como esos cocktails de frutas donde los sabores y colores se entremezclan, dejando un aroma intenso pero algo mareante.
No sé qué recomendarle,..... tal vez que se siente y disfrute del cock-tail :)