lunes, 18 de abril de 2011

Ventanas

Saber vivir en soledad es un gran esfuerzo pero el mejor aprendizaje. Invierno de reencontrarse, de leer poemas... días de bajar la persiana y la guardia, de apagar el teléfono y atravesarse con películas de manta, infusión y jersey de lana. Estado de reconocimiento personal sin precedentes, de entenderse desde el autismo, de perdonarse las intensidades. Pero ha llegado el momento de dejar de hablar con mis tres cerebros (la cabeza, el corazón y el estómago). Ahora pensaré únicamente desde el centro hacia afuera, respirando el aire con fuerza, hinchando mis pulmones como si quisieran romper la piel que les cubre. A la carrera va mi ritmo cardíaco, a la carrera de salir, pasear y vivir esta nueva estación que llega.

Todavía sigo subrayando libros, escribiendo a lápiz poemas por los márgenes. Pero ahora las líneas que escribo se tornan hilos de tinta animados que se escapan por la ventana. Las ventanas que hace un tiempo lamían la lluvia y que ahora son ventanas por las que os hago llegar estas líneas, mis soles!

Especialmente para vosotras. Hoy me habéis inspirado.

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